viernes, 28 de febrero de 2014

Los productos químicos tóxicos pueden ser los desencadenantes de autismo, trastorno de hiperactividad y déficit de atención y dislexia


Un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (HSPH) y la Escuela de Medicina de Icahn en Monte Sinaí, en Estados Unidos, demanda una nueva estrategia mundial de prevención para controlar el uso de productos químicos tóxicos y su relación con el desarrollo de problemas neurológicos. El informe, que se publica en la revista «The Lancet Neurology», da seguimiento a una revisión similar realizada por los autores en 2006 que identificó cinco productos químicos industriales como «neurotóxicos para el desarrollo» o sustancias químicas que pueden causar déficits cerebrales.
«La mayor preocupación es el elevado número de niños que se ven afectados por daño tóxico para el desarrollo del cerebro en ausencia de un diagnóstico formal. Sufren reducida capacidad de atención, retraso en el desarrollo y bajo rendimiento escolar. Los productos químicos industriales están emergiendo como posibles causas», destaca el autor del estudio Philippe Grandjean, profesor adjunto de salud ambiental en la HSPH.
El nuevo trabajo ofrece resultados actualizados sobre los productos químicos y añade información sobre seis recién reconocidos: manganeso, fluoruro, clorpirifós y DDT (pesticidas), tetracloroetileno (un disolvente) y los éteres difenil polibromados (retardantes de llama).
El estudio alerta de que el manganeso se asocia con disminución de la función intelectual y alteración de las habilidades motoras; los disolventes están vinculados a la hiperactividad y el comportamiento agresivo y ciertos tipos de pesticidas pueden causar retrasos cognitivos.
Grandjean y el coautor Philip Landrigan, decano de Salud Global en Monte Sinaí, también prevé que muchos más productos químicos que la docena identificada o los identificados como neurotóxicos contribuyen a una «pandemia silenciosa» de déficits neuroconductuales que está erosionando la inteligencia, alterando los comportamientos y dañando a las sociedades. Según estos científicos, el control de esta pandemia es difícil debido a la escasez de datos para orientar la prevención y la enorme cantidad de pruebas necesarias para la regulación gubernamental.
«Muy pocos productos químicos han sido regulados como consecuencia de su neurotoxicidad en el desarrollo», escriben los autores del trabajo. Estos investigadores consideran crucial controlar el uso de estos productos químicos para proteger el desarrollo del cerebro de los niños en todo el mundo. En concreto, proponen pruebas obligatorias de productos químicos industriales y la creación de un nuevo centro de intercambio internacional para evaluar el potencial neurotóxico para el desarrollo de los niños de los productos químicos industriales.
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