sábado, 22 de febrero de 2014

Lactancia materna podría prevenir el tdah


A todos estos beneficios de amamantar a los bebés, podría sumarse ahora el de prevenir que se desarrolle el TDAH, de acuerdo a un estudio dirigido por la doctora Aviva Mimouni-Bloch de la Facultad de Medicina de Tel Aviv, que ha demostrado que entre los niños que padecen este trastorno hay menor proporción de amamantados. Los resultados del estudio se publican en la revista “Breastfeeding Medicine”.
Aunque los investigadores son cautos y advierten de que sólo han probado la existencia de una relación significativa entre la lactancia materna y una menor incidencia de la hiperactividad en la infancia (incluso teniendo en cuenta factores típicos de riesgo), el estudio sugiere que dar el pecho podría servir de potente protector contra el TDAH.
La metodología consistió en una comparativa de las historias clínicas de niños con edades comprendidas entre los seis y doce años que habían ingresado por diferentes razones en el Hospital pediátrico Schneider de Petaj Tikva (Israel).
Los progenitores rellenaron un cuestionario detallado sobre cómo habían alimentado a sus hijos, si exclusivamente con fórmula o también lactancia materna, así como factores que pueden influir en la aparición del TDAH, como situación familiar, nivel educativo de los padres, problemas durante el embarazo tales como la hipertensión o diabetes, peso del neonato o relación genética con el TADH.
Tomando todos estos factores en consideración, los investigadores descubrieron que los niños con hiperactividad tenían una probabilidad mucho menor de haber mamado en el primer año de vida en comparación con los pertenecientes a los otros grupos. A los tres meses, sólo el 43% de diagnosticados con TDAH había sido dados de mamar en relación con el 69% del grupo de los hermanos y el 73% del de control.
‘Vimos que existe una asociación significativa entre el TDAH y la falta de amamantamiento a los tres meses’ explicó la doctora Mimouni-Bloch, que también dirige el Centro de Neurodesarrollo Infantil del Hospital Loewenstein. ‘Sabíamos que el factor genético era determinante, pero nos sorprendimos al encontrar diferencias significativas entre los que no fueron amamantados a los tres meses y los otros grupos’, apostilló.
A los seis meses, el 29% de los afectados con el trastorno había sido amamantado, frente al 50% del grupo de hermanos y al 57 por ciento del de control. Y a partir de esta edad se reduce drásticamente el porcentaje de niños con TADH que habían recibido el pecho, lo que apunta a la posibilidad de que la duración de la lactancia materna pueda desempeñar un papel fundamental en esta relación.
Los investigadores no han podido determinar cuáles son los mecanismos que podrían intervenir en esa relación, si pueden ser los componentes de la propia leche materna, el lazo que se establece entre la madre y el bebé durante el amamantamiento o ambos. ‘No podemos decir hasta cuándo se debe dar el pecho para evitar el TDAH, pero el plazo de seis meses recomendado por la OMS nos parece muy razonable’, subraya Mimouni-Bloch.
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