lunes, 11 de noviembre de 2013

Los más de 200 expertos que han elaborado un informe sobre la situación del Transtorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)


Los más de 200 expertos que han elaborado un informe sobre la situación del Transtorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en España han pedido una ley estatal para que existan protocolos específicos a nivel educativo y sanitario para la atención de los niños afectados por esta enfermedad.
Se trata de un informe incluido en el proyecto PANDAH-Plan de Acción en TDAH, que han presentado esta mañana el profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York Luis Rojas Marcos; el jefe de psiquiatría Infantil de la Clínica Universidad de Navarra, Cesar Soutullo, y el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda a TDAH, Fulgencio Madrid, entre otros.
Es un documento que recoge el trabajo llevado a cabo en los últimos tres años por este grupo de expertos, que coinciden en que hace falta una ley para que en toda España se desarrollen programas que incluyan "adaptaciones escolares específicas" para estos niños y protocolos de actuación que definan la ruta que deben seguir padres y profesionales sanitarios para identificar el trastorno.
Desde que los niños presentan síntomas hasta el diagnóstico pueden pasar entre dos y seis años y ésta es la principal dificultad que acusan todos los profesionales, la detección tardía o en el peor de los casos la no detección.
Es uno de los motivos de que el porcentaje de niños y adolescentes tratados en España no alcance ni el 1 %, cuando se estima que la padecen un 6,8 % y sólo el 3 % están diagnosticados.
Los especialistas han constatado en sus trabajos que existe un retraso en el diagnóstico de la enfermedad debido en buena medida a que aún existe, según Soutullo, un "gran desconocimiento" del trastorno y que a veces los síntomas del niño se atribuyen a problemas propios y no a uno médico.
Pero además han comprobado que las familias se encuentran con "bastantes dificultades" en el circuito asistencial que siguen tras la detección y que muchos de los pequeños no continúan el tratamiento en la adolescencia, cuando la mitad de los niños van a seguir teniendo el trastorno de adultos.
Los especialistas piden una legislación estatal porque sólo seis comunidades autónomas cuentan con un protocolo general de coordinación entre Sanidad y Educación para tratar a estos niños, con lo que se produce "una discriminación territorial", en opinión de Madrid, en la ayuda que reciben los afectados según dónde vivan.
"Una legislación clara y concisa", reclama Rojas Marcos, como la que existe en los Estados Unidos, con "acomodaciones para que estos niños tengan derecho a tener unos ajustes".
Entre ellos estarían darles el tiempo necesario para terminar y responder a los exámenes con las mismas preguntas que sus otros compañeros, darles espacios para ello con los menores estímulos posibles y también proporcionarles otros donde puedan "desfogarse dentro de un control".
El no prestar esta atención específica tiene "un precio" para la sociedad, según Rojas Marcos, y es el de poner en riesgo la autoestima de estos niños y que se sientan culpables de lo que les pasa, lo que les puede abocar a la depresión crónica y en otros casos a caer en el consumo de drogas.
Rojas Marcos ha citado un informe elaborado en Nueva York en el que se demuestra, ha dicho, que ese "peso" se palpa en las cárceles, donde hay un número muy alto de presos que padecen esta enfermedad porque "la impulsividad llevada sin control les ha hecho irse al camino de la delincuencia".
El TDAH es un trastorno médico, según Soutullo, ya que quienes lo sufren presentan alteraciones en el volumen del cerebro y en la comunicación de zonas de su corteza que con el tratamiento mejora.
Es uno de los transtornos del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia y la adolescencia y una de las principales causas de fracaso escolar y de incapacidad para mantener y desarrollar relaciones sociales.
No obstante, no todo niño que tiene fracaso escolar o hiperactividad tiene TDAH. Hay que barajar otros diagnósticos antes de llegar al definitivo, como la dificultad de aprendizaje, dislexia, una hiperactividad normal para la edad, o ya en la adolescencia el hecho de que se esté consumiendo algún tipo de droga.

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