jueves, 30 de agosto de 2012

La corteza cerebral se desarrolla más lentamente en pacientes con TDAH.

Un nuevo estudio que aparece en la edición actual de la revista “Biological Psychiatry” ha descubierto que el desarrollo de la superficie cortical, que cubre la región del cerebro conocida como corteza cerebral, era más lento en los niños con TDAH. Esto complementa investigaciones anteriores del mismo equipo de científicos, que hallaron anteriormente que el engrosamiento normal de la corteza cerebral en la niñez también se retrasa en los cerebros de los niños con TDAH.

Philip Shaw, director de la Sección de Investigación Neuroconductual Clínica del Instituto Nacional de Investigación sobre el Genoma Humano, señala que, en este momento los hallazgos no tienen implicaciones clínicas, pero algún día podrían ayudar a apuntar a los genes que controlan la programación del desarrollo cerebral. A su vez, esto podría llevar a nuevos conocimientos sobre cómo ayudar a los niños con TDAH.Shaw y colegas realizaron escáneres múltiples de imágenes cerebrales de 234 niños con TDAH y 231 niños que se desarrollaban con normalidad y que sirvieron como grupo de control. Los escáneres se iniciaron cuando los niños tenían unos 10 años de edad, y continuaron hasta que tenían 17. Los niños con TDAH no alcanzaron el desarrollo "máximo" de la superficie cortical hasta los 14.6 años de edad, frente a 12.7 años en los niños que se desarrollaban con normalidad. "En los niños sanos, la superficie de la materia gris (la corteza) aumenta durante la adolescencia, alcanza un punto máximo, y entonces se estabiliza en las dimensiones adultas", explicó Shaw.Este informe, añadido a hallazgos previos sobre el grosor cortical, sugiere que los mismos mecanismos podrían gobernar el desarrollo de distintas áreas del cerebro. Sin embargo, en este momento no está claro cuáles podrían ser esos mecanismos. Los hallazgos también ayudan a resolver la pregunta constante sobre si el TDAH se debe en parte a un retraso en los procesos de desarrollo, o si se debe a un desbarate completo del desarrollo típico, apuntó Shaw.Para acceder al texto completo, consulte las características de suscripción de la fuente original:www.biologicalpsychiatryjournal.com/

TDAH Como factor de riesgo ante las toxicomanías

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) afecta a un cinco y un seis por ciento de la población infantil y a entre un dos y un cuatro por ciento de los adultos. Detectar la patología a tiempo e iniciar un tratamiento adecuado puede facilitar el día a día del paciente.

El psiquiatra coordinador del programa de TDAH del Hospital Universitario Vall d´Hebron de Barcelona, Josep Antoni Ramos-Quiroga, ha ofrecido una charla en Alcantarilla (Murcia) para orientar a los padres y a la comunidad educativa sobre el diagnóstico y el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.Es una patología que suele iniciarse en la infancia. De hecho, afecta a un cinco o un seis por ciento de la población infantil y suele caracterizarse por un marcado déficit de atención en tareas que exigen concentración. Quienes la padecen suelen ser distraídos, olvidadizos y tener dificultades para organizarse. Además, tienen tendencia a perder las cosas. Por otro lado, también aparecen síntomas de hiperactividad: les cuesta estar sentados, se mueven constantemente, son impulsivos, interrumpen las conversaciones...Sin prevención es muy fácil caer en el fracaso escolar por la dificultad de mantener la atención. Cerca del 40% de las personas que padecen TDAH pueden tener problemas de adicción a las drogas o al alcohol. También presentan mayor índice de probabilidades de sufrir accidentes de tráfico y dificultades para adaptarse a un puesto de trabajo. Esto no es solo un problema de mal rendimiento, sino que va mucho más allá, apunta Ramos-Quiroga.En cuanto al tratamiento este experto señala que debe ser individualizado y personalizado según las dificultades de cada persona. Si el trastorno es leve se aplica un tratamiento psicológico y cognitivo-conductual; si es grave, se añaden los fármacos. Además el médico tiene que saber explicar en qué consiste el tratamiento. Hay que tener en cuenta que en muchos casos se puede reducir el riesgo de fracaso escolar o de consumo de drogas. A veces, el hecho de que haya que medicar al paciente se distorsiona, pero nosotros conocemos los fármacos que recetamos desde hace más de 50 años y que han tomado más de 100 millones de personas en todo el mundo.