domingo, 21 de octubre de 2012

quizá usted padece de TDA y aún no lo sabe


¿Es hiperactivo, muy desatento o tiene problemas con el manejo del tiempo?: quizá usted padece de TDA y aún no lo sabe

 El Trastorno por Déficit de Atención es una patología que afecta al 4% de la población. Antes de ser diagnosticado, tiene una alto costo tanto para las personas que lo padecen como para las empresas. Aseguran que la reubicación laboral es clave para enfrentar el problema. Cómo reconocer su presencia
Por Cecilia Novoa

Quienes padecen el Trastorno por Déficit de Atención (TDA) y aún no fueron diagnosticados correctamente se encuentran en el peor de los escenarios: no pueden avanzar en sus carreras universitarias o profesionales, cambian con frecuencia de trabajo, acarrean un mayor número de mudanzas, como así también de parejas y divorcios. Y, encima, no encuentran la causa o explicación a esta catarata de "fracasos".
Con una prevalencia en el 4% de la población mundial, el déficit de atención en los adultos es un trastorno crónico que suele ser subdiagnosticado en la consulta médica y confundido con distintos tipos de desórdenes de la personalidad, como depresión, trastorno bipolar o de ansiedad.
Es que si bien, en general, el TDA se detecta durante la infancia, en muchos niños puede pasar desapercibido y llegar a la vida adulta sin un diagnóstico.
En un adulto joven que está cursando una carrera universitaria, indicios típicos de la presencia de TDA son que se le hace muy complicado estudiar y trabajar a la vez, alta dispersión, dificultad para motivarse, una performance por debajo de su capacidad y la prolongación de los años de estudio que lo lleva a recibirse mucho más tarde que la media. 

Pero ¿qué es el TDA? Se trata de un desorden biológico, consecuencia de un problema del neurodesarrollo de origen altamente genético. En los adultos predominan distintos tipos: con predominio desatento, con hiperactividad (TDAH), o combinado.

Las personas con mayor desatención tienen problemas con el manejo del tiempo: llegan tarde, olvidan citas, dejan cosas para último momento, olvidan o pierden sus pertenencias, sus cosas están desordenadas o fuera de lugar, y sobre todo, no son capaces de priorizar tareas.
También pueden sufrir dificultad en la comunicación: emiten mensajes confusos, olvidan lo que les dijeron, no recuerdan nombres o direcciones y les cuesta seguir instrucciones.

En cambio, los que presentan predominio hiperactivo suelen involucrarse en múltiples actividades, tienen muchas ideas, planes y proyectos.

A su vez, están en constante movimiento, son ruidosos, hablan en exceso, interrumpen a otros, toman decisiones sin pensar, compran por impulso, fuman mucho, y suelen iniciar numerosas tareas que luego les cuesta terminar.
Consultada por iProfesional.com, Norma Echavarría, médica psiquiatra y presidenta de Athentun, Asociación Civil por Déficit de Atención, señala que "la discusión sobre la existencia de este trastorno se da cuando se evalúan síntomas que son comportamientos normales a cualquier sujeto y que son interpretados como parte de la forma de ser individual."
Y explica: "Lo que diferencia es la intensidad o la frecuencia, incluso suele suceder que, por momentos, cuando la persona tiene un fuerte interés, sus funciones ejecutivas mejoran, y esto trae descreimiento sobre la existencia del TDA."
El costo de la hiperactividad
Según la especialista, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un problema que genera un enorme costo individual, social, laboral, y un gran sufrimiento a quien lo padece y a su familia.

En ese sentido, Echavarría enfatiza que "el costo no es solo personal sino que para el empleador también es alto, ya que entre su dotación tiene una persona con alto nivel de ausentismo, que con frecuencia llega tarde, y que termina generando un estrés en el grupo de trabajo."

Además, como muestran una inclinación a ser individualista, en general no pueden trabajar en equipo porque generan muchos conflictos.

"En todas las empresas siempre vas a encontrar al menos una persona con este problema", asegura la presidenta de Athentun, quien hace 17 años que se dedica a este trastorno y 53 que lo padece. Además, como es un genético, cuatro de sus cinco hijos también lo tienen.

Quien posee este problema, ¿debe comunicarlo a la compañía? Según Echavarría, "decirlo o no depende de la relación con el empleador. La gente a veces tiene miedo. No saben que va a decir la empresa si lo cuentan."

En los casos que decidan hacerlo, de acuerdo a las pautas de las empresas habrá más o menos flexibilidad para estos casos. 

"Tengo pacientes con los que tuve la suerte de poder trabajar junto con sus jefes y gerentes y educarlos. Contarles que la persona es parte de la organización y tiene sus características y que lo pueden ayudar reubicándolo o con determinadas pautas tan sencillas, como permitirles que ubiquen corchos en sus oficinas", relata la psiquiatra.

El tratamiento y la reubicación laboral
De acuerdo con la experta, existe una multiplicidad de razones por cuales abordar la patología es altamente beneficioso.

El tratamiento es farmacológico y de por vida, porque no se cura. En paralelo, se integran herramientas de coaching o terapia para mejorar la calidad de vida de la persona, como así también se trabaja en la reubicación laboral. 

"Si la persona puede ser reubicada o tener posibilidades de salir y moverse en vez de tener sanciones por sus conductas, su rendimiento es muchísimo mejor. La performance es muy variable, pero, con seguridad, si a alguien que trabaja en un box no le asigna otro lugar o tarea tendrá que irse de ese trabajo, no va a poder quedarse", asegura.

Y detalla: "Hay personas que están mucho mejor en la calle o atendiendo clientes, pero son muy malas con los papeles. Es que aquellas que tienen mucha desorganización de horarios y papers no son buenas para las tareas administrativas o los trabajos rutinarios."

Otras, por ejemplo, pueden ser muy buenas llevando adelante una reunión, porque son muy inteligentes, rápidas y capaces. Pero después no pueden realizar el informe o resumen de la charla, o no terminan a tiempo la presentación en PowerPoint.

En este sentido, Echavarría destaca que hay profesionales "sumamente exitosos" con esta patología, porque la hiperactividad los ayuda mucho a la hora de ejecutar, resolver y tomar decisiones. 

Una persona bien tratada y medicada puede no solo estar mejor que antes sino también que el resto, porque la capacidad de ser multitaskinges decir, de hacer seis o siete tareas al mismo tiempo, no es una habilidad que posea la mayoría de los empleados.

De hecho, en Estados Unidos existen empresas que, a la hora de reclutar, para determinadas posiciones se inclinan por personas con este estilo porque por sus características -son arriesgadas e intrépidas, rápidas- resultan favorables para el negocio.

Qué pasa en las entrevistas
Dado que esta patología es poco conocida en la Argentina y que, en general, las carreras de grado no incluyen su estudio dentro de los programas, a los reclutadores y selectores de personal -muchas veces psicólogos- se les complica identificar un candidato que posee TDA.

Por otro lado, si bien los test proyectivos pueden identificar si la persona es impulsiva o si tiene más dispersión, no hacen foco en el trastorno, con lo cual todo dependerá de la experiencia y ojo del entrevistador.

"Así, por ejemplo, si un postulante cuenta que estudió seis carreras distintas pero no pudo terminar ninguna, la consultora debería leer entre líneas, chequear la información y evaluar por qué esa persona, que quizá muestra una capacidad y performance brillante, tuvo tantas dificultades", advierte la presidenta de Athentun.

En este sentido, aconseja Echavarría, es muy importante la evaluación completa de la persona, no solo del CV sino también de sus actitudes y características. 

Las carreras recomendadas
Existen carreras terciarias y universitarias que son "más amigables" para quienes sufren de TDA, por lo cual, aquellos que lo saben a tiempo, pueden realizar una elección más adecuada.

"A una persona que es muy hiperactiva cualquier situación al aire libre o que le implique un desafío le va a resultar mejor que si estudia para trabajar en un banco", apunta la especialista. 

Y concluye: "Hay profesiones como la de periodista, fotógrafo, artista, músico, deportista de riesgo, o terapista intensivo, que son ideales. Es que, en estos casos, características como el inconformismo, la necesidad de estar permanentemente en movimiento y la capacidad para abrir muchas ventanitas al mismo tiempo no son un problema sino todo lo contrario

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