domingo, 11 de diciembre de 2011

Vivir con TDAH



Técnicas de relajación y respiración

 
En muchos aspectos, la mente es como el cuerpo. Si no practica el ejercicio que necesita se vuelve rígida y débil.
Es necesario recordar que el mundo en el que vivimos es en gran medida creación de nuestra mente.
Una mente sana es capaz de moverse de modos diversos. La energía empleada en mejorar nuestra propia capacidad de pensamiento siempre resulta recompensada en términos de creatividad y productividad.
El objetivo del entrenamiento psicológico sería:
  • Mejorar nuestra capacidad de pensamiento, de perfeccionarnos, de entrenar nuestras propias facultades.
Sin embargo no basta con entregar herramientas. Se debe repetir un mismo ejercicio para lograr que la capacidad mental responda adecuadamente a nuestras instrucciones, la llamada atención activa.
Una mente en forma implica cuatro factores de rendimiento:
  • Fuerza: capacidad que tenemos de concentrarnos cuando lo deseamos, con la intensidad y el tiempo que se deseemos.
  • Flexibilidad: capacidad de pasar de una modalidad de pensamiento a otra.
  • Resistencia: capacidad de mantener un nivel de actividad superior al habitual sin dejarse distraer y sin desmoralizarse.
  • Coordinación: Precisión y agudeza mental.
En el caso del TDAH nuestra mente está constantemente en movimiento. Es imposible dejar de pensar, pero no sólo para aquellos que sufren este trastorno sino que este precepto se aplica a todo el mundo.
Existen algunas técnicas que me permiten desarrollar la capacidad de ralentizar los pensamientos, hablaremos de la relajación.
La relajación prepara la mente para el ejercicio de nuestras actividades diarias. Cuando “estiramos” los músculos de la mente” antes de proceder a ejercitarnos en las funciones cotidianas, mejoramos su capacidad y rendimiento.
Permite entre otras cosas:
  • Gestionar la energía y descansar de la fatiga.
  • El sistema nervioso: acelera o ralentiza, el desequilibrio se presenta cuando hay un desajuste en el termostato en el sentido de la aceleración.
  • Un descanso más eficaz.
  • El sueño: sirve para descansar desde un punto de vista físico y psicológico
Para realizar el entrenamiento en relajación necesitaríamos observar nuestros hábitos, ya que obviamente no podremos relajarnos en cualquier momento. Por la mañana, durante el día y por la noche debemos prestar atención con nuestros hábitos: tenemos una cierta inclinación de sentir, pensar y actuar según nuestros hábitos.
Y si reflexionamos en tono a ello, podemos encontrarnos con personas que están tan habituadas al movimiento constante que les es difícil detenerse, y no necesariamente tienen TDAH. Cuando detienen su ritmo de trabajo se encuentran perdidas en “su tiempo libre”, provocándoles angustia y ansiedad.
Sin embargo todo ser humano tiene la capacidad psicofisiológica de relajarse, todos podemos lograrlo, existen varios caminos para ello, a través de:
  • Control de la respiración.
  • Control de las tensiones musculares.
  • Percepción sensorial.
  • Ralentización del pensamiento.
A nivel de tipos de respiración existe:
  • Respiración completa.
  • Respiración activante.
  • Relajación Progresiva de Jacobson: ser concientes de la tensión de los diferentes grupos musculares.
Métodos de relajación a través de pensamientos y la imaginación:
  • Meditación y contemplación.
  • Imágenes mentales: fijas y dinámicas.
  • Reestructuración sistemática.
Para “domar” nuestros pensamientos, existen también algunas técnicas para el control de la atención:
  • Apariencia física: postura que facilite la atención.
  • Apariencia emotiva: despertar interés.
  • Apariencia mental: gestión racional del tiempo = determinación de prioridades y objetivos.
Un plan individual de relajación implicaría responder a las siguientes preguntas guía:
  • Piense en una persona cercana que necesite relajarse ¿qué le sugeriría?
  • Ahora piense en usted, de todas las técnicas comentadas, cuál cree que puede ser la más eficaz para las situaciones que está viviendo en este período de su vida?
  • Piense en un plan, qué hacer, cuándo, a qué hora, dónde, en qué sitios?
Planteamos que a mayor información sobre lo que podemos hacer frente al TDAH, mayor cantidad de posibilidades tenemos de mejorar nuestra calidad de vida.

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